En Madrid tenemos un parque urbano -la "Quinta de los Molinos"- que nada tiene que envidiar a los famosos "cerezos en flor" de Japón. Entre febrero y marzo, este antiguo parque es uno de los lugares preferidos por muchos madrileños para pasear. Esto se debe al espectáculo natural que ofrece la Quinta de los Molinos gracias a los numerosos almendros en flor. El suelo se transforma en una alfombra de pétalos rosas y blancos que es una auténtica delicia también para los niños. El ambiente agradable y mágico te hace olvidar que estás en el corazón de la capital, junto a la calle Alcalá, cerca de la Feria de Madrid: IFEMA y del Estadio Atlético - Wanda Metropolitano Te sientes como en el campo y puedes desconectar de tu día a día. En verano, durante la celebración del evento cultural "Veranos de la Villa", los madrileños pueden disfrutar de muchas actividades, entre ellas los conciertos que se ofrecen en este parque. Más información en: https://www.veranosdelavilla.com/es La Quinta de los Molinos es un parque histórico de casi 100 años situado en el barrio de San Blas de Madrid'y tiene una extensión de 25 hectáreas, repletas no sólo de almendros y olivos sino también de encinas, pinos, grandes plátanos, cipreses, eucaliptos e higueras. Aunque ahora se encuentra dentro de la ciudad, en el pasado esta parte estaba en las afueras de Madrid, donde muchas familias nobles tenían sus residencias de verano. La adquisición de la primera de las varias parcelas que luego conformarían la finca fue a principios del siglo XX por parte de D. César Cort Botí, prestigioso ingeniero y arquitecto, profesor de la Escuela de Arquitectura de Madrid. Fue precisamente en la Quinta de los Molinos
En Madrid tenemos un parque urbano -la "Quinta de los Molinos"- que nada tiene que envidiar a los famosos "cerezos en flor" de Japón. Entre febrero y marzo, este antiguo parque es uno de los lugares preferidos por muchos madrileños para pasear. Esto se debe al espectáculo natural que ofrece la Quinta de los Molinos gracias a los numerosos almendros en flor. El suelo se transforma en una alfombra de pétalos rosas y blancos que es una auténtica delicia también para los niños. El ambiente agradable y mágico te hace olvidar que estás en el corazón de la capital, junto a la calle